años
de rock
inquieto

por Maximiliano Benitez Prieto

Miles de anécdotas.
Más de un centenar de shows.

Miles de anécdotas.
Más de un centenar de shows.

"Marichi Wew" sonó una fría noche de invierno en algunos de los lugares del inmenso Bariloche y se sintió que algo dentro de todos los presentes se modificó. Algo cambio para siempre, algo dejo de estar silenciado para tomar la voz de una banda que no tenía cantante porque cantaba con la tierra. Una tierra que ha visto al humano lastimarla, ultrajarla, desgarrarla para obtener beneficios absolutamente personales sin ningún reparo ni siquiera razón para tanto daño. Paso el tiempo y aquel grito que acompañábamos unos pocos fue replicándose en la voz de cada uno de los que llegaban con el viento o convocados por un sonido que nos conecta con algo que no puede escapar de nosotros mismos. Uno a uno fue sumándose a lo que decían tres músicos sin hablar. Guitarra, bajo, batería y luego se sumaron instrumentos de viento y percusión junto a nuevos representantes de algo que no solo se escucha, sino que se ve con los dos ojos. Cada video sobre cada canción expone imágenes que hablan por sobre encima que mil palabras, que diez mil palabras, que diez mil veces triunfaremos, que sea "marichi wew" la voz que se replica y que nace de la fuente desde donde todos provenimos y hacia donde todos vamos o volveremos a ir.